Rumbo al norte: un viaje con destino incierto
Salía yo rumbo al norte, soñando con una brisa de Cantabria y con el menú del Restaurante La Cueva (Alar del Rey) en la cabeza, casa querida donde a uno le sirven como a los primos que vuelven de lejos. Cerrado por vacaciones. Ay. El cartel en la puerta me dejó con el antojo y el recuerdo. Así que desvié el volante hacia Cervera de Pisuerga, que de improvisos también se escriben los viajes.
Una parada en el Monasterio de San Andrés de Arroyo
La huella del Císter en Palencia

Por el camino se me cruzó la piedra sobria de la Real Abadía Cisterciense de Santa María y San Andrés —el Monasterio de San Andrés de Arroyo— y paré. Eran las tres: el claustro y el convento no abrían la visita guiada hasta las cuatro; me quedé con la iglesia y el patio, que ya es bocado mayor. En la penumbra reconocí esa ortodoxia preciosa del Císter: líneas limpias, casi sin figuración, luz medida, capiteles discretos que parecen rezar en voz baja. El Císter nació en Cîteaux (1098), cuando unos monjes —con san Bernardo como gran altavoz— decidieron volver a la regla benedictina con una austeridad que se ve y se siente: nada de excesos, piedra clara, arcos apuntados sin florituras, una arquitectura que ayuda a guardar silencio. El monasterio de Arroyo, ligado a Alfonso VIII y a reinas fundadoras, fue señorío poderoso y todavía conserva esa serenidad de casa que ordena el paisaje. Visita provechosa: salí con la cabeza fresca y el alma planchada.
Cervera de Pisuerga, donde nace el Pisuerga y la memoria
Ya en ruta pensé que por aquí nace el Pisuerga —o eso quiso siempre la tradición— en la Cueva del Cobre, allá por Fuentes Carrionas. Hace años hice la caminata: hay que ganarla entre hayedos y piedra, con ese rumor de agua que primero se oye y luego se ve. Me prometí volver, porque los recuerdos, como los caminos, se borran si no los pisas.
El pastor del mural y la melancolía del norte

Cervera me recibió con sus soportales y un mural que me paró en seco: un pastor, boina, calada, jersey de lana, manos ocupadas en un remiendo; detrás, un rebaño y la montaña como un telón en blanco y negro. Hay desconchones que parecen nevadas viejas. Me dio un golpe de melancolía: ayer mismo estuve en Salamanca, en el Octavo Congreso de Cocina con Queso y Humor, y me reí como hacía tiempo. Otro día hablaré de La Antigua, Mares Virtuales y Gastrolab Los Álamos, que son quienes montaron aquel festín con sonrisa; hoy me quedo con este pastor que, sin decir nada, cuenta todo.
Entré en La Gasolina —ya me conocen— y cumplí con unas patatas riojanas que venían humeantes y serias, como debe ser la cuchara en tierras frías. Nada de vino esta vez: café para espabilar, que quedaba carretera. Di un paseo: calles con arcadas, algún blasón que se resiste al olvido, y esas piedras que han soportado más inviernos que nosotros desvelos.
Y ahora, el nombre. Dicen los papeles viejos que “Cervera” viene de cervaria: “tierra de ciervos”. Lo explica todo sin metáforas: montes, umbrías, caza antigua y pasos de montaña. El apellido “de Pisuerga” es brújula y orgullo: la villa vive mirando al río que baja a hacer travesuras con el Duero. La población creció en tiempo de repoblación medieval, entre los reyes de León y Castilla, cuando estas montañas eran frontera y camino, y fue afianzándose gracias a monasterios, ferias y a la vida de trajín entre valles.
Mirador de Piedrasluengas: la frontera donde el aire cambia
Subí, para despedirme, hacia el desfiladero de Piedrasluengas. En el mirador el aire cambia de traje: de un lado la Montaña Palentina, del otro los pliegues cántabros que ya huelen a mar aunque no se vea. Las cumbres —Peña Prieta, Curavacas— se dibujan como si alguien hubiese pasado un carbón blando por el cielo. Abajo, los valles encajan ríos, prados y sombras. Uno calla porque no hay adjetivos que mejoran lo que se ofrece.
La sencillez como verdad
Volví al coche pensando que Cervera encaja en una palabra: sencillez. Como el Císter, como el mural del pastor, como unas patatas bien hechas. Sencillez que no es pobreza, sino verdad.
Enlaces útiles
- Monasterio de San Andrés de Arroyo:
es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_San_Andrés_de_Arroyo - Cervera de Pisuerga: es.wikipedia.org/wiki/Cervera_de_Pisuerga
- Cueva del Cobre (ruta y entorno): es.wikipedia.org/wiki/Cueva_del_Cobre
Pronto os contaré otro cuento.
Jota Peña.