Cada 1 de enero y 6 de enero, Cuéllar celebra una de sus fiestas más singulares: El Niño de la Bola, una manifestación cultural y religiosa profundamente arraigada en la historia de la villa segoviana. Conocido popularmente como el Día del Niño, este rito combina devoción, música tradicional, danzas y un fuerte componente popular que convierte las calles en un escenario festivo único.
Una imagen con siglos de historia
El centro de la celebración es la imagen del Niño Jesús de la Bola, una talla barroca de madera, fechada a mediados del siglo XVII. Representa al Niño Triunfante, portando en su mano izquierda un globo terráqueo rematado por una cruz y en la derecha, un ramo en gesto de bendición. La imagen luce corona de rayos, ropajes bordados en oro y plata y una característica melena rizada, hoy reproducida en material sintético para preservar la original.
Procesiones ente San Miguel y San Esteban
La fiesta está organizada por la Hermandad del Niño de la Bola, cuyos actos principales son las procesiones del Día de Año Nuevo y de Reyes. La imagen recorre en andas el trayecto entre la iglesia de San Miguel y la de San Esteban, atravesando calles históricas como Colegio, Estudio, Duque de Alburquerque o la Morería, hasta llegar a la Plaza Mayor.
Durante el recorrido, las campanas repican sin descanso, se lanzan cohetes y se reparten caramelos entre los niños, reforzando el carácter popular y familiar de la celebración.
Danzas, música y vestimentas tradicionales
Uno de los elementos más llamativos del Niño de la Bola es la presencia de doce danzantes, ataviados con un vistoso traje histórico del siglo XVIII, recuperado de la antigua cofradía de la Virgen de las Candelas. Casacas y calzones de seda color grosella, medias de lana, sombreros de ala ancha y escarapelas conforman la indumentaria.
Al son de la dulzaina y el tamboril y acompañados de castañuelas y tejoletas, los danzantes interpretan jotas y villancicos tradicionales mientras avanzan junto a la imagen. En muchos momentos, el propio pueblo se suma al baile, haciendo de la procesión una celebración viva y participativa.
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Imagen: https://www.cuellar.es/