Pocas figuras de talla mundial en el ámbito de la ciencia y los inventos son tan desconocidas como Diego Marín Aguilera. Este burgalés analfabeto era tan ingenioso que está considerado como uno de los precursores de la aeronáutica española y, por qué no decirlo, también mundial.
Nacimiento y primeros inventos
Diego Marín Aguilera nació en Coruña del Conde, Burgos, en 1757. Era el primero de los siete hijos que tuvieron sus padres, Narciso y Carolina, que eran agricultores y ganaderos. No obstante, su progenitor falleció joven y dejó al frente de la familia de Diego, que pronto dio muestras de su carácter emprendedor e ingenioso.
De ello da prueba uno de sus primeros inventos, un aparato para mejorar el funcionamiento del molino del pueblo que aún se conserva sobre el río Arandilla. Esto mejoraría notablemente la vida de sus vecinos, al igual que los que instaló en los batanes y molinos de agua de todos los alrededores y en los sistemas para aserrar los mármoles de las canteras de Espejón.
Aeronáutica
Fue su interés en la mecánica del viento para mejorar los molinos lo que llevó a Diego Marín a concebir la idea de intentar volar como si fuera un pájaro. Es por eso que, al estar mucho tiempo en el campo pastoreando y cultivando sus tierras, pudo estudiar el vuelo de aves como las águilas.
Consiguió de forma subrepticia plumas de águila para construir su aparato volador basado en el movimiento de las alas y la cola de las águilas…
Y es ahí donde comenzó su idea de construir un artilugio que, a pesar más pesado que el viento, volara con una persona encima. Consiguió de forma subrepticia plumas de águila para construir su aparato volador basado en el movimiento de las alas y la cola de las águilas. Además, intentó equilibrar el peso del aparato con la longitud de las alas y construyó con el herrero de Coruña del Conde una estructura articulada para que las alas tuvieran movimiento de abanico.
El vuelo
¿Cuánto tardó Diego Marín Aguilera en hacerlo? 6 años nada más y nada menos hasta que el 15 de mayo de 1793, y acompañado por Joaquín Barbero y su hermana, realizó su hazaña.
Por la noche, los tres pusieron el aeroplano de plumas en la peña más alta del castillo de su pueblo y lo lanzaron a la aventura. Según la tradición, Diego comenzó su vuelo con las siguientes palabras: «Voy a Burgo de Osma, de allí a Soria y volveré pasados unos días».
Alcanzó una altura de 6 varas castellanas, 5 metros, y consiguió volar 360 metros en dirección a Burgo de Osma, atravesando el río y aterrizando por un problema en uno de los pasadores o ejes que movían las alas.
Posteriormente
¿Qué ocurrió al día siguiente? Pues que los vecinos se enteraron, le consideraron un loco y se mofaron del bueno de Diego Marín y quemaron el aeroplano. Además, la Inquisición consideró que lo que hicieron fue lo correcto, puesto que si lo intentaba otra vez podría hacerse daño.
Muerte de Diego Marín
Desde ese momento se tienen pocas noticias de su labor como inventor. Lo poco que se sabe es que murió el 11 de octubre de 1800 con 44 años.
A pesar de que es alguien no muy conocido, este pastor y agricultor tiene un instituto que lleva su nombre, una película titulada La fabulosa historia de Diego Marín (1996) y un cómic, Memorias del Hombre Pájaro, que cuentan su vida, y una placa conmemorativa en el aeropuerto de burgalés.
En su pueblo, por supuesto, los vecinos le han rendido homenaje con un monumento que recrea el aparato que este burgalés universal inventó.
Si quieres conocer a más personajes importantes de Castilla y León, como el inventor Diego Marín Aguilera, no tienes más que buscar en nuestra sección «¿Quién es quién?», de nuestra web, la de Patrimonio Activo CyL.
(Imagen monumento a Diego Marín Aguilera: https://lasoga.org/)
(Retrato de Diego Marín Aguilera: De Eulogia Merle – Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37026485)