Escribe Plinio El viejo que esta forma de obtener el oro, pues el paisaje que hoy nos muestran Las Medulas es el resultado de un trabajo de minería, «supera el trabajo de los Gigantes». Verdaderamente, lo primero que se piensa al llegar, si uno no va informado de antemano, es que todo cuanto se ve delante es el resultado de la erosión: de años de vientos, frío, lluvia, hielo y calor. Pero no, ese paisaje que hipnotiza es el resultado de la acción humana en busca de una pepita de oro.
La leyenda de la ciudad sin nombre, la famosa película de 1969 de Joshua Logan, que nos relata la difícil vida de los buscadores de oro en el oeste americano, se ha repetido a lo largo y ancho de toda la tierra, en todas las épocas. Como podemos ver en este contundente paisaje, dos mil años antes de que se filmase dicho film, los romanos pusieron en marcha toda su ingeniería para obtener este preciado metal. En realidad, lo que tenemos ante nosotros es la destrucción de los montes circundantes a base de horadarlos e inundarlos de agua: de hacerlos explotar.
Sebastiao Salgado, en su serie fotográfica Garimpeiros, nos refresca la memoria poniendo ante nosotros unas imágenes que nos ayudan a entender como los pueblos del norte de nuestro país, modificaron el entorno a base de fatigas y sufrimiento. Una vez das los primeros pasos en este cuidado entorno medioambiental, es imposible que no vengan a tu memoria escenas del pasado, pues una buena parte de todo lo que te rodea es antiguo, ya sean los estratos de la tierra de aluvión que para nuestro disfrute han quedado al aire, o los castaños centenarios con los que te encontrarás a lo largo del paseo, de brutales dimensiones muchos de ellos. Según he leído, esta especie fue plantada para que sus frutos sirvieran de alimento a los miles de trabajadores que minaron el terreno.
Dos mil años después, bajo el mismo cielo, una vez hayas subido al mirador de Orellana, mantente en silencio unos segundos y será fácil que puedas sentir idénticas sensaciones que las sentidas por Plinio el Viejo: “La montaña, resquebrajada, se derrumba por sí misma a lo lejos, con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como un increíble desplazamiento de aire […]»
La montaña, resquebrajada, se derrumba por sí misma a lo lejos, con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como un increíble desplazamiento de aire...
Mucho que ver
Si todavía no has elegido la estación del año en la que viajarás a Las Médulas, tienes la posibilidad de disfrutar de dos tipos de explosiones, la recreada en tu mente al imaginar como caen las montañas y el maravilloso colorido que los árboles muestran en esa época.
Las Médulas están en la comarca leonesa de El Bierzo, en la que hay mucho que ver, mucho que comer, mucho que aprender y mucho que disfrutar. Te proponemos que pasees el municipio de Ponferrada, donde además de disfrutar del buen ambiente podrás ver, si te interesan las historias sobre Templarios, el Castillo de los Templarios, la calle del Reloj y la Real Cárcel, hoy Museo del Bierzo.
https://www.ponferrada.org/turismo/es/monumentos/castillo-templarios
https://www.ponferrada.org/turismo/es/monumentos/torre-reloj