Si es otoño y hay setas, estás en Castilla y León. Esta comunidad es prolífica en este producto, uno de los más buscados en cuanto empiezan las lluvias: níscalo, boletus eduli, seta de cardo, rebozuelos, de setas de cardo, huevos del rey…
Por eso, en este post vamos a presentar cuatro zonas castellanoleonesas en las que poder desarrollar la afición por este tipo de hongos, lo cual implica amor por la naturaleza, que es lo que mueve a ir a pinares, montes u otros entornos naturales que llenan de satisfacción y dan paz. En ellos se incluyen acotados y parques micológicos. En definitiva, Castilla y León es un paraíso micológico que no tiene nada que envidiar a otros que podemos encontrar en España.
Soria
Un aficionado a las setas no puede obviar que Soria es quizás la provincia de Castilla y León que más le ofrece en cuanto a setas. Allá donde se vaya hay ejemplares para recolectar. Covaleda, Urbión, Cebollera, la Laguna Negra, Vinuesa, el cañón de Río Lobos, San Leonardo de Yagüe, Almazán, Abéjar, Molinos de Duero… son territorio de rebozuelos, níscalos, setas de cardo, senderuelas, hongos negros, amanitas cesáreas o ¡trufas negras y colmenillas!
Área Regulada Montes de Zamora
El noroeste de Zamora acoge la zona del Área Regulada Montes de Zamora: dieciséis localidades que componen 27.000 hectáreas de bosque y jarales que ofrecen auténticos manjares en forma de seta de cardo o rebozuelos. Paisajes preciosos en torno a Alcañices, Manzanal de los Infantes, Riofrío, Tábara o Viñas que no dejarán indiferente a nadie.
Las Quilamas, en Salamanca
Si hablamos de níscalos, quizás debemos empezar por la zona septentrional de la Sierra de Francia, es decir Las Quilamas, en la provincia de Salamanca.
Cada día más aficionados visitan en otoño estos parajes, lo cual ha dado origen a jornadas micológicas, rutas guiadas, ofertas turísticas y platos en los que las setas son las protagonistas…
Abedules, coníferas, robledales, castaños y acebos son ideales para encontrar grandes bancos de estos ejemplares. Tanto es así, que cada día más aficionados visitan en otoño estos parajes, lo cual ha dado origen a jornadas micológicas, rutas guiadas, ofertas turísticas y platos en los que las setas son las protagonistas.
Pinares en Valladolid
El pino piñonero ofrece cobijo a muchas setas, sobre todo níscalos y en Valladolid otra cosa no, pero bosques de este tipo de pinos hay muchos. Por tanto, en Montemayor, Portillo, Tudela o Viana de Cega el aficionado a la micología encontrará un paraíso por el que pasear, recolectar y disfrutar de paseos sencillos por terreno plano y fácil de recorrer.
Eso sí, recuerda cumplir con las normas y obtener los permisos necesarios que se exigen a cualquier amante y recolector de setas en la comunidad. Y, por descontado, si sales a recolectar, disfruta del entorno y de los parajes con el respeto que debe tenerse a la naturaleza.
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