Sin él, posiblemente no hubiera existido el Quijote. Su nombre es Juan Gil, nació en la localidad abulense de Arévalo, fue monje trinitario y rescató a Miguel de Cervantes de su cautiverio en Argel. Esta es su vida.
Nacimiento
Nacido en Arévalo en 1541, donde en 1557 también se convirtió en monje dentro de la orden de la Santísima Trinidad, los Trinitarios, estudió en Valladolid y Salamanca. En pucela, Artes y Lógica, y en la capital charra, Teología. Luego impartió estas disciplinas en los conventos de su orden distribuidos por toda España.
Cargos de Juan Gil
Entre 1571 y 1573, fray Juan Gil fue secretario provincial de la Provincia de Castilla y León de la orden. Además, fue y procurador general de España entre 1578 y 1584. También, en 1579 Bernardo Dominici de Metz, ministro general, le nombra comisario general para América. De esta manera, viajó allende los mares para recaudar fondos con los que llevar a cabo redenciones, rescates de cautivos.
Redenciones
Además, le nombran redentor general de Castilla y recorre los pueblos para que las buenas gentes le den limosna con la que hacer la redención de cautivos. Es en ese momento cuando participa en la redención de 1580, organizada por la provincia trinitaria de Andalucía, en la que rescata en Argel a Miguel de Cervantes junto a otros 185 cautivos. En 1583, fue de nuevo a Argel, donde vuelve a rescatar a más cautivos, esta vez a 147.
Fallecimiento
Enfermo y con fiebres, debido a los esfuerzos de esa redención y de un viaje a América, Juan Gil es relevado de sus funciones en el capítulo provincial de Castilla en 1585 por fray González Alonso. Es entonces cuando le envían al convento de Arévalo con el fin de que se recuperase y descansase. Es allí donde muere, pero hay discusión en qué año. Hay expertos que dicen que en 1587 y otros indican que seguramente en 1604, 1605 o 1606.
Rescate de Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes participó, bajo el mando de el Gran Capitán don Juan de Austria, en la batalla de Lepanto y en varias acciones militares más en el Mediterráneo. Tras esas acciones y en posesión de dos cartas de su almirante capitán y del duque de Sessa que le hubieran convertido en capitán en la corte de Felipe II, Cervantes inicia su regreso a España en la galera Sol junto a su hermano Rodrigo en septiembre de 1575. Desgraciadamente, les apresan piratas turcos y berberiscos en las costas catalanas y les trasladan a Argel. Allí había 30.000 cristianos presos, pero como llevaba esas cartas elogiosas se le considera «hombre grave» y se solicita un rescate acorde a esa calificación: 500 escudos de oro de España.
Rodrigo
La familia Cervantes comienza a solicitar ayuda y préstamos para rescatar a los dos hermanos. El primer «redimido» fue Rodrigo, quien fue liberado junto a otros 106 cautivos por frailes mercedarios el 24 de agosto de 1577.
Miguel
Al ser más caro su rescate, Miguel de Cervantes tardó en ser redimido otros tres años más que su hermano. Su madre consiguió con tretas ingeniosas, como hacerse pasar por viuda, recaudar dinero y darle a Juan Gil 250 ducados, que se sumaron a otros 50 donados por la hermana de Cervantes. Esto no era suficiente, pero en septiembre de 1579, Felipe II ordenó dar a fray Juan Gil 190.000 maravedíes para rescatar cautivos cristianos naturales de Castilla capturados estando a su servicio.
Suerte para Miguel de Cervantes y para nosotros porque cumplía todos esos requisitos. Pero no tanta porque fray Juan Gil rescató en un principio a 108 cautivos entre los que no estaba nuestro insigne escritor, por el que Hasán Bajá, rey de Argel, pedía 500 escudos de oro de España, ya que era uno de sus esclavos «selectos». Además, a esto se unía que los iba a llevar a Constantinopla de forma inmediata.
Afortunadamente, fray Juan Gil, junto a fray Antón de la Bella, consigue los ducados de oro de España de los prestamistas judíos de la ciudad y rescató a Cervantes junto a otros esclavos el 19 de septiembre de 1580, salvándolo de su destino en Constantinopla.
Y esta es la vida de fray Juan Gil, hombre justo sin el cual es posible que Cervantes no hubiera escrito El Quijote.
Libros
Por cierto, que Cervantes le dedicó varios párrafos en El trato de Argel (1584) y en La española inglesa (1614). Valga este párrafo del primero como muestra:
Albricias, caro Aurelio, que es llegado
un navío de España; y todos dicen
que es de limosna, cierto; en el cual viene
un fraile trinitario, cristianísimo,
amigo de haçer bien y conocido,
porque ha estado otra vez en esta tierra
rescatando christianos, y da exemplo
de mucha cristiandad y gran prudencia.
Su nombre es Fray Juan Gil.
Agradecimiento
Además, el escritor, como agradecimiento a su redención y su aprecio a los trinitarios pidió que le enterrasen en el convento de las Monjas Trinitarias, tal y como se indica en su partida de defunción del 23 de abril de 1616.
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(Imagen: J. L. Corredera en https://www.dream-alcala.com/)